- Aceite de oliva
- Pimientos rojos o verdes
- Sal
Lavamos y secamos el pimiento. Echamos una gotita de aceite y lo extendemos con la mano. Hecho esto, lo vamos metiendo en el horno una media hora a 250º aproximadamente. Lo dejamos enfriar y le quitamos la piel y las semillas.
Lo cortamos a tiras o a cuadritos y aliñamos con aceite de oliva y sal.
Se puede acompañar con huevos cocidos, cebollas frescas, acompañando una tortilla de patatas...
En verdad, el aceite es opcional. Yo prefiero añadirlo, pues si lo echamos, la piel se separará mejor.
Me encantan! Te han quedado con una pinta estupenda, jugositos, brillantes... ¡qué hambre!
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